Aunque existe un acuerdo unánime en que tendríamos que conservar las especies y sus hábitats (conservación in situ), poner en práctica este consenso es complejo y costoso por diversas razones económicas, sociales, políticas, etc. Por ello es necesario recurrir a otras medidas de conservación que permitan actuar de manera rápida y eficaz en los casos de mayor riesgo. Los bancos de semillas están considerados como el método más seguro y eficaz de preservar la diversidad genética fuera del medio natural. El almacenamiento de semillas es una tecnología que permite satisfacer los objetivos del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), aprobado en la Conferencia de las Naciones Unidas (Cumbre de la Tierra, Río de Janeiro, Brasil) en 1992. Es el primer acuerdo mundial que aborda todos los aspectos de la diversidad biológica. Ratificado en su totalidad por España y Portugal en 1993, tiene como objetivo la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos.
Un banco de semillas es una colección de semillas desecadas y conservadas en un ambiente a muy baja humedad y temperatura. Esto asegura su supervivencia durante décadas e incluso cientos de años.
Estos bancos cumplen dos funciones esenciales: (1) constituyen una ‘póliza de seguros’ para prevenir posibles extinciones (ii) suministran material de gran diversidad genética que puede ser utilizado en investigación, en la recuperación de especies amenazadas y en la regeneración de ecosistemas empobrecidos.
Al mismo tiempo ofrecen muchas ventajas con respecto a otros métodos de conservación ex situ: la facilidad de mantenimiento de las semillas; la utilización de un espacio reducido para la conservación, frente al espacio que necesitaríamos para preservarlas en forma de plantas viva; la amplia variabilidad genética que contiene una muestra almacenada en un pequeño recipiente(cada semilla, tiene una constitución genética diferente y, por tanto, una única muestra de semillas puede almacenar una variedad y extenso patrimonio genético de la especie en cuestión. Tenemos que pensar que cada semilla almacenada es potencialmente un individuo), la disponibilidad para uso inmediato de material (incluso de especies ya extinguidas en la naturaleza) proveniente de las más diversas localidades, y todo ello sin perjuicio alguno para las poblaciones naturales.